Los jóvenes de la Escuela Especial «Rayito de Sol», de la ciudad de Antofagasta, se reúnen varias veces a la semana para participar en un taller que busca capacitarlos para el mundo laboral, ayudándolos a desarrollar habilidades motoras y de ingenio ¡Conoce en qué consiste esta gran iniciativa!
La Escuela Especial «Rayito de Sol» -dependiente de la Fundación Coanil y ubicada en la cuidad de Antofagasta- es una de las ocho organizaciones que se adjudicó el Fondo Descúbreme de este año, por un monto total de $11.506.058. Con dicha suma, ha implementado un taller tres veces a la semana, que trabaja en dos líneas: capacitación en oficios, y la segunda, enseñanza de técnicas artesanales de mosaico para personas con discapacidad cognitiva.
A ello se suma una serie de iniciativas de difusión de lo que realiza la escuela, sobre todo en relación a la calidad de los egresados. Se explica, especialmente a los empresarios de la ciudad, que muchos de los jóvenes están en excelentes condiciones de realizar múltiples tareas y trabajos (en pastelería, mecánica, aseo, reponederes, etc.).
En relación al primer taller, la profesora Rosa María Marín; la terapeuta ocupacional Gloria Blandón; y la encargada del taller artístico Angélica Núñez intentan proporcionarles a 29 de 150 jóvenes (de entre 16 y 24 años) con Necesidades Educativas Especiales (NEE) herramientas sociales y manuales que les permitan desenvolverse mejor en el ámbito laboral.
La directora del establecimiento, Fresia Álvarez, comenta respecto al taller que constituye una instancia en la cual los alumnos muestran mucho interés y dedicación. «Se nota que a los niños les gusta y les motiva», destaca la profesional. Y agrega, «El objetivo es entregarles los conocimientos requeridos para que, fuera de insertarse en una compañía, puedan trabajar haciendo artesanías desde sus casas», explica.
Sumando más logros para sus estudiantes
Este año, además de ganar el Fondo Descúbreme, también la escuela obtuvo otros apoyos para instalar un taller de tejido a telar a fin de completar los conocimientos aportados en las clases regulares y los entregados por el taller de mosaicos.
«Los papás están contentos, porque todo se ha hecho con el trabajo de sus hijos», recalca Fresia Álvarez. Asimismo, advierte que la comunidad escolar, conformada por los profesionales que trabajan en la escuela, siempre está buscando los proyectos que puedan beneficiar a los alumnos e instancias que ayuden a insertarlos en lo laboral. «De hecho, ya hicimos una exposición el sábado 13 de octubre, para mostrar los productos que han hecho los niños en el taller de mosaico», aclara.
Además, la directora reconoce que «es muy bonito trabajar con los jóvenes y sus familias». Manifiesta que incluyen a estas últimas en todas las actividades y talleres. Además, pueden recibir ayuda de parte de la psicóloga, la cual atiende muchas de sus necesidades, enseña cómo tratar el desarrollo conductual, a enfrentar la discapacidad y la sexualidad de sus hijos.
Confirma, también, que la intención de quienes integran el taller es seguir haciendo exposiciones, a fin de mostrar los productos y continuar con la venta a escalas cada vez mayores.