“Las barreras que enfrenta la inclusión de las personas con discapacidad cognitiva, son fundamentalmente políticas y no médicas. Es materia de voluntad política y disposición, apoyar un modelo que nos empodere y no segregue”.
*Ari Ne’eman. Presidente de Autistic Self Advocacy Network
Durante las últimas décadas, ha habido un profundo cambio en las políticas públicas de apoyo a las personas con discapacidad cognitiva alrededor del mundo. Esto ha sido impulsado por los esfuerzos de activistas, cambios en las legislaciones internacionales y la creciente evolución en la percepción social de estas personas. Hoy vemos un mayor interés por alcanzar una completa inclusión en todos los sectores de la sociedad, desde tener un empleo, conseguir una vivienda o lograr un determinado nivel educacional.
Cada nación posee sus propios marcos legales, servicios públicos, desafíos y oportunidades, sin embargo, existe un número de temas comunes a través de sus fronteras. Primero que todo, los servicios públicos y de apoyo deben expandirse dentro de un contexto que reconozca los errores del pasado. En Estados Unidos, a inicios del Siglo XX, se crearon servicios para las personas con discapacidad cognitiva, que los segregó de la sociedad más que facilitarles su inclusión y durante muchas décadas se ha trabajado en rectificar esto.
En segundo lugar, una reforma a estos servicios, debe considerar a todas las personas con discapacidad, incluyendo las más complejas y severas. Precisamente, son aquellas necesidades con mayor complejidad, las que se beneficiarían de la oportunidad de ser incluidos junto a sus pares, y darse cuenta de los beneficios sociales de las relaciones en comunidad. Mientras los servicios públicos sean vitales; la calidad de vida, la seguridad y la felicidad, están asegurados a través de las relaciones en comunidad, y sus resultados se verán al tener la oportunidad de vivir junto a quienes no tienen discapacidad, en viviendas, trabajos, escuelas o cualquier lugar.
Tercero, la incorporación de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas ha traído cambios positivos en la creación de políticas en razón de la discapacidad en muchas áreas. Una de las más importantes es la reforma en la capacidad legal. El antiguo modelo asumía que las personas con discapacidad requerían asistencia en la toma de decisiones y perderían todo acceso a su personalidad jurídica –el derecho de tomar decisiones por sí mismos–, gradualmente, ha ido desapareciendo. Las naciones alrededor del mundo están buscando reformar sus leyes sobre tutela, y cambiarlas hacia un modelo de “respaldo a la toma de decisiones” y entregando asistencia a la toma de éstas por parte de las personas con discapacidad.
Finalmente, los defensores de los derechos de las personas con discapacidad, deben beneficiarse del reconocimiento de las políticas multidimensionales en distintas áreas laborales, que deben comprometerse con la sociedad. Para obtener resultados exitosos, quienes legislan deben incluir a estas personas y coordinar sistemas diseñados que respalden su salud, transporte y otros servicios, más allá del empleo con apoyo.
Afortunadamente, ha surgido un número importante de modelos que apoyan a trabajadores con discapacidad, para así salir de los típicos modelos protegidos y que ingresen a lugares más calificados dentro de la fuerza laboral. Las estrategias innovadoras, como los empleos personalizados y con apoyo, pueden lograr una sociedad inclusiva.
Las barreras que enfrenta la inclusión de personas con discapacidad cognitiva, son fundamentalmente políticas y no médicas. Es su voluntad y disposición, apoyar un modelo que empodere más que segregue estas personas de la sociedad. Al reconocer estas barreras, es imperativo que trabajemos por asegurar una completa representación en el Estado y un compromiso por las personas con discapacidad. Juntos, podemos lograr cambios profundos para las personas con cualquier tipo de discapacidad, y que lideren el camino hacia una total inclusión.