Durante abril se conmemora el día para crear conciencia respecto al autismo, por esto, los invitamos a conocer a Eduardo Rojas, papá de un joven con TEA y terapeuta en la Escuela Especial San Nectario.
Eduardo Rojas y Gibsy Pardo son padres de dos niños. Mariano de 5 años e Ismael de 15. Este último presenta trastorno del espectro autista (TEA) y para sus padres -como para muchos otros- fue difícil aceptar esta condición en un principio. “Cuando supimos lo de Ismael, lógicamente fue fuerte. Lo primero que sientes es en un miedo profundo, porque tú vas envejeciendo y te da miedo la muerte. No quieres que tu hijo quede desvalido al no tenerte. Fue entonces cuando tratamos de darle una nueva mirada y educar a nuestro hijo a ser lo más autónomo posible”.
Una de las primeras actitudes que llamó la atención de los padres de Ismael cuando era muy pequeño, fue que no fijaba la mirada o que se daba golpes en la cabeza. Eduardo, quien además es terapeuta y miembro del consejo escolar de la escuela San Nectario que atiende a niños con este trastorno, señala que luego de recibir el diagnóstico médico se replantearon la vida que llevaban y decidieron preparar a su hijo para vivir en esta sociedad.
“Te mentiría si te digo que ha sido fácil, porque el ritmo de vida de las personas es muy acelerado y no hay tiempo para el prójimo. En nuestro caso hemos buscado un método en el cual nos ponemos el parche antes de la herida. Por lo general lo aplicábamos en instancias donde había más gente. Íbamos diciendo “mi hijo tiene autismo” y así no lo miraban como el niño con pataletas, si no que entendían un poco más su manera de ser”, explica Eduardo.
Asimismo, destaca que uno de los aspectos más desafiantes para ellos como papás era que Ismael no hablaba. Para incentivarlo a que se comunicara fueron incluyendo pequeñas rutinas: “Si quería tomar jugo al almuerzo, debía hacer el esfuerzo y decir ´jugo´. Finalmente logramos que se comunicara, si bien con pocas palabras, pero hoy en día lo hace, incluso me avisa que tenemos que ir a buscar a su hermano menor al colegio o que quiere comer algo”, destaca.
Actualmente Ismael hace una vida lo más independiente posible, se sube al metro, acompaña a sus papás al supermercado, juega con su hermano e incluso va al estadio con Eduardo. “Mi mensaje para las personas que no están relacionadas con el autismo es a informarse, a educarse, leer y comprender. Hay que cortar ese dejo de lástima que siempre tenemos al ver a una persona con discapacidad. Ellos, con las condiciones necesarias son capaces de hacer y participar en todos los ámbitos de la vida, sólo debemos ser más inclusivos y apoyarlos “creamos en ellos y sus capacidades”, señala a modo de invitación.
En el año 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo para poner como prioridad la necesidad de contribuir a la mejora de la calidad de vida de estas personas, para que puedan desenvolverse de manera plena.
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurológica que se caracteriza principalmente por la poca interacción social y dificultades en situaciones comunicativas comunes, modos de aprendizaje desiguales, interés especial por ciertos temas, predisposición a actividades rutinarias y particularidades en el procesamiento de la información sensorial. [1]
El índice de autismo en todas las regiones del mundo es alto y la falta de comprensión produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y el entorno en general.
[1] Definición de la ONU. https://www.un.org/es/events/autismday/background.shtml