Los 15 jóvenes participantes del proyecto realizaron actividades de la vida cotidiana, como sacar carné de identidad, comprar en el supermercado o ir a un restaurante a comer, las cuales representan un gran desafío para ellos.
El proyecto “Abriendo Puertas” de la Agrupación de Padres y Familiares Autismo Rancagua fue uno de los once proyectos que se adjudicaron el Fondo Descúbreme 2019. La iniciativa tuvo como objetivo entregar herramientas y hacer acompañamiento a los jóvenes que participan de esta asociación en su camino a la autonomía y el desempeño social para la vida adulta.
Elizabeth Escobedo, presidenta de la Agrupación de Padres y Familiares Autismo Rancagua, explicó que el proyecto benefició a 15 jóvenes entre 11 y 20 años, quienes, dado su estado de desarrollo físico y cognitivo, presentan mayor autonomía e interacción social.
Una de las barreras más importantes que tienen que atravesar los jóvenes y adultos del Espectro Autista (EA) es desenvolverse de manera funcional y con un desempeño acorde a las normas sociales. Por tanto, “el proyecto estaba orientado a fomentar la vida independiente en los jóvenes, para que aprendieran a ir al supermercado, a sacar su carné de identidad, a hacer trámites en los consultorios o a tomar micro, es decir, todo aquello que es de la vida cotidiana y que un joven con Trastorno del Espectro Autista (TEA) no hace”, señaló Escobedo.
De acuerdo al proyecto, estas actividades que parecen triviales representan un gran desafío para estos jóvenes. Los lugares con mucha afluencia de público los obliga a manejar ciertos códigos sociales, los tiempos de espera y usar un lenguaje funcional para darse a entender. Las personas con EA, por lo general, requieren periodos de aprendizaje más largos, y deben adaptarse a nuevas situaciones. Al apoyarlos desde edades más tempranas en su autonomía y desarrollo social se facilita su transición a la vida adulta de manera menos estresante para ellos y sus familias.
El proyecto se desarrolló en un período que fluctuó entre cinco y seis meses. Escobedo destacó que “la evolución que tuvieron los jóvenes fue sorprendente. Tuvimos un 96% de éxito, lo que se materializó en que todos pudieron sacar su carné de identidad, incluso usaron tarjeta redbanc, lo que era impensado en un principio. Además, pudieron andar en micro sin la presencia de sus papás, sólo con el apoyo de sus terapeutas.”.
Uno de los hechos que más destacó la presidenta de la agrupación es que en el grupo participaron jóvenes con distintos niveles de discapacidad, algunos más severos que otros. “Tuvimos dos chicos bastante severos y no tuvieron problemas para aplicar sus claves de cajero automático, aprendieron a recibir vueltos y a contar dinero de verdad, cosa que no habían hecho nunca”, destacó Escobedo.
La presidenta de la agrupación enfatizó que este proyecto tuvo un fuerte impacto en los jóvenes. “Hicimos un video al cierre de la ejecución donde ellos contaban lo que significó todo el proceso, y como se sentían grandes y más seguros. Incluso algunos decían que siempre habían querido ir a comprar, pero que no los dejaban ir solos, por tanto, durante el proyecto sintieron un alto nivel de libertad que es difícil de describir. Hasta el día de hoy recuerdan el proyecto y preguntan cuándo va a volver ‘el Descúbreme’”.
Escobedo agregó que “hoy en día hay jóvenes que ya pueden ir a comprar solos a un negocio. Sin embargo, muchos papas aún tienen miedo de que salgan solos a la calle, que les hagan algo, que no los entiendan o los traten mal. Con este proyecto aprovechamos de hablar con ellos y les preguntamos que le había faltado aprender o hacer a sus hijos, y ellos se dieron cuenta que habían aprendido mucho y que ahora hacían muchas cosas que antes no hacían”.
Uno de los descubrimientos interesantes del proyecto fue que después de terminado, los jóvenes armaron un grupo de WhatsApp y se han mantenido en contacto a través de él de manera permanente, por lo que se creó un lazo entre todos ellos.
Un importante desafío se produjo con el estallido social de octubre de 2019. La presidenta de la agrupación explicó que, para poder ejecutar el proyecto, se fijaron en los horarios y días de marchas en Rancagua, de manera de aprovechar los espacios sin manifestaciones para hacer las actividades. Esto porque todas las instituciones, como el registro civil o los bancos se encuentran en el centro de la ciudad.
Finalmente, Elizabeth Escobedo, quien es mamá de un joven con EA, enfatizó que lo más importante, para que estos esfuerzos tengan frutos, es que los papás suelten a sus hijos y les den la posibilidad de ver hasta donde son capaces de llegar. “Si le hacemos seguimiento a esta iniciativa podemos lograr tener jóvenes absolutamente independientes, que el día de mañana puedan ir a pedir trabajo solos. Mientras más jóvenes comencemos con este trabajo, a los 18 años ya podrían ser independientes”, enfatizó.