Fernando Yusta, jefe del área de adquisiciones de la Faena, relató cómo han logrado tres inclusiones laborales exitosas en diferentes áreas y la clave para abrazar la diversidad a nivel organizacional.
Fernando Yusta tiene 60 años y lleva en el rubro de la minería casi la mitad de su vida. Por lo mismo, ha sido testigo de cómo el motor económico de Chile ha evolucionado y adaptado en diferentes aspectos sociales, pero principalmente en la aceptación de la diversidad. Para él, “la Ley de Inclusión Laboral (Ley 21.015) fue un acelerador para muchas empresas, permitiéndoles naturalizar acciones que comenzaron como una imposición”.
Sin embargo, el jefe del área de adquisiciones de Faena Minera Algorta Norte, reconoció que esta senda en su lugar de trabajo se consideró antes de la entrada en vigencia de la normativa. Viendo que se acercaba esta posibilidad, acudieron a Fundación Descúbreme para recibir asesoría en temas de inclusión laboral de personas con discapacidad cognitiva. “No hay que mirar para el lado cuando podemos incluirlos, hay tanto por hacer y dónde incorporarlos que, como empresa, preferimos contratar y dar oportunidades por sobre pagar un impuesto”.
Al respecto, agradece el acompañamiento de la fundación: “lo que hace, cómo te apoya, el acompañamiento y la conversación que mantienen tanto con las personas que atraviesan los procesos de inclusión como con nosotros en el rol de empleador”. Fernando bromeó con que parece canción ya que “yo no pido más de lo que nos entregan” desde Descúbreme, puesto que “el profesionalismo con el que imparten las charlas e inducciones a las áreas donde recibimos a nuestros diferentes colaboradores con discapacidad cognitiva, nos permiten estar preparados en caso de que se presente una crisis y tengamos las herramientas para solucionarlo”.
Para Fernando, la reticencia de algunas empresas mineras a realizar inclusiones laborales de personas con cualquier tipo de discapacidad radica en el mito de la seguridad, la cual, según describe, “es igual de riesgoso para una persona con discapacidad como una sin discapacidad, todo dependerá del cargo en que lo ubiques. Si es factible, cuenta con las habilidades y se hacen las adaptaciones necesarias, su condición no es impedimento para realizar cualquier faena”.
Esta concepción también la aplican con sus tres trabajadores con discapacidad cognitiva: José (25 años), Jenny (40 años) y Ricardo (50 años). “Tenemos variedad de diagnósticos, edades y géneros. La diversidad se abraza, es parte de nuestra cultura. Son uno más del ‘lote’ y, disculpándome la palabra, si cometen un error les llega el ‘raspacacho’ igual que a todos nosotros. Pero eso sí, se les educa, capacita y corrige para que no vuelva a cometerlo, igual que al resto de los trabajadores. No creemos en el amedrentamiento del despido para ningún miembro de nuestro equipo, así como tampoco en el trato diferencial por sus capacidades”.
Actualmente los trabajadores con discapacidad cognitiva trabajan en turnos de cinco por dos. Es decir, de lunes a viernes, desde las 8 de la mañana hasta las 18 horas, teniendo libres sus fines de semana y las correspondientes vacaciones. “José y Jenny eligieron pernoctar en la mina, mientras que Ricardo sube y baja diariamente. Esto no es una imposición, sino una elección personal de cada uno de ellos”, relató Fernando.
Asimismo, explicó que Algorta Norte no creó cargos para ellos, sino que fueron ubicados en los puestos que la minera buscaba, los que podían ser llenados por personas con o sin discapacidad. “José trabaja conmigo en el área de bodega, Jenny está en la recepción y lo hace increíble, ambos llevan cerca de dos años con nosotros. El último en incorporarse fue Ricardo en Protección Industrial y también se supo adaptar a los requerimientos de su cargo. Algunos contaban con experiencia laboral y otros no, pero todos fueron recibidos aquí de igual forma”.
Fernando Yusta también conversó sobre el proceso de convivencia. Para él, todo se resume en “vivir en armonía y ser capaces de aceptar al otro sin prejuicios”. Por lo mismo, el jefe de adquisiciones de Algorta Norte recomendó a otras empresas, ya sea de la minería u otro rubro comercial, aventurarse en el camino de la inclusión y la diversidad porque “son sumamente profesionales, prolijos, cooperadores y simplemente maravillosos. Se integran bien a cada equipo y es más lo que nosotros aprendemos de ellos que lo que podemos enseñarles. Te ponen en perspectiva la vida, aprendes a valorar cosas que sueles omitir en la cotidianidad”.