El Fondo Descúbreme financió este proyecto que fomentó el desarrollo de capacidades sociolaborales de jóvenes con discapacidad cognitiva, con el fin de prepararlos para el mundo laboral.
La Escuela especial Juan Wesley brinda, desde hace 50 años, educación integral a niños y jóvenes con discapacidad cognitiva. A través de una atención profesional multidisciplinaria, busca asegurar el óptimo desarrollo biopsicosocial de los niños y jóvenes de entre 5 y 25 años con los cuales trabaja. En este contexto, una de sus preocupaciones es apoyar a sus alumnos en el proceso de transición a la vida adulta, para lo cual crearon el proyecto “Desarrollando Estrategias para la vida adulta en un medio sustentable”, el cual fue uno de los 30 proyectos que se adjudicaron el Fondo Descúbreme 2017.
Alicia Palma, coordinadora del proyecto, señaló que la iniciativa consideró a 25 jóvenes entre 15 y 24 años, los cuales participaron en 3 talleres de capacitación. “La idea es que estos talleres sean autosustentables. Los cursos se tratan de repostería y masas, el segundo de diseño, serigrafía y encuadernación y el tercero fue de huerto y medioambiente”, explicó.
A través de 3 líneas de acción fundamentales, se promovió el desarrollo de habilidades sociolaborales e instrumentales de los jóvenes, para entregarles herramientas que les permitan adaptarse a la vida laboral. Con este tipo de actividades se logró generar confianza en el desempeño propio del alumno y también apoyo a las familias para fortalecer el vínculo ya que muchas veces no cuentan con el conocimiento necesario para asistirlos de manera correcta
María Jesús Badilla, Jefa de Proyectos Sociales de Fundación Descúbreme, explicó que este proyecto destacó porque “se enmarca en una etapa muy importante que como Fundación buscamos potenciar, que es la de formación sociolaboral previa a la inclusión laboral, en especial porque no todos los colegios cuentan con estas instancias, sino que depende de las iniciativas de cada plantel”.
Alicia Palma destacó que desde el inicio del proyecto la evolución de los alumnos fue rápida. “Al contar con la implementación entusiasmaron bastante (con los talleres), y han cambiado sobre todo en relación del auto contexto. Ellos entienden que están en un taller donde tienen que responder a una serie de requerimientos más elevados, y van viendo que tienen obligaciones y responsabilidades y que ellos son capaces. Lograron generar y vender su producción”, dijo.
María Jesus Badilla agregó que iniciativas como esta son altamente valoradas, en especial en el marco de la Ley de Inclusión Laboral de Personas con Discapacidad. “Este proyecto nos parece positivo porque está fortaleciendo el piso formativo y educativo de los jóvenes con discapacidad cognitiva en instancias previas a la inclusión laboral, entonces les va a permitir contar con herramientas en oficios y habilidades sociolaborales, para tener mayores oportunidades de incluirse en el mundo del trabajo”.
Junto al trabajo con los jóvenes, los educadores incorporaron a las familias, mostrándoles la labor que están realizando. “este proceso fue un poco más lento, porque a muchos apoderados les cuesta entender que ellos pueden responder a ciertas responsabilidades. Tienen todavía ciertas reticencias, pero a pesar de ello, las familias se han impresionado con lo que están realizando y que se pueden preparar con las competencias para la vida adulta”, explicó Palma.
Desde 2012 el fondo ha financiado más de 140 proyectos a lo largo del país, llegando incluso a regiones con alta tasa de ruralidad, beneficiando a más de 3.500 personas. “Es importante destacar que los recursos que se asignan cada año se sustentan totalmente en la recaudación de los vueltos en efectivo donados por los clientes, en los supermercados Unimarc, OK Market, Mayorista 10 y Alvi. Estos fondos se invierten en las propias regiones, por tanto, mientras más donen las personas, tendremos mayores oportunidades de financiar proyectos en sus comunidades”, puntualizó María Jesús Badilla.