Todos los días, a las 5:00 de la mañana, Nathalie sale de su cama y se prepara para ir a su trabajo. A las 6:30 la pasa a buscar el bus que la lleva desde Antofagasta a Mejillones y a las 8:00 ya está instalada trabajando en labores propias de su cargo. Trabaja de lunes a sábado
y, a la fecha, nunca ha faltado y ni ha llegado atrasada.
“La verdad mi sueño era trabajar en faena y se está cumpliendo. Me siento orgullosa y contenta por haberlo logrado. Era un sueño que pensé que era imposible, pero gracias a la Fundación Descúbreme justo surgió ese cargo con el que yo soñaba y se hizo realidad”, contesta ante la pregunta de qué significa este trabajo para ella.
En la actualidad, Nathalie vive en una casa de acogida del Hogar de Cristo. Tiene un dormitorio exclusivo para ella, el que ha podido ir arreglando gracias a su trabajo y esfuerzo. “Me he comprado cosas con mi plata. Nunca había tenido un ropero y me compré una cómoda y una tele de esas modernas, de a poco estoy arreglando mi pieza en el hogar. Aquí tengo privacidad e independencia”, explica.
Quizás la actitud positiva sea una de las principales características de Nathalie, quien asegura que el trabajo y sus compañeros se han transformado en una nueva familia por la gran cantidad de tiempo
que pasa ahí. “Trabajo de lunes a sábado, en jornada de 6×1. Descanso el domingo. Tengo harto trabajo, pero me gusta porque me hace concentrarme en lo importante y pienso en positivo. Me siento cómoda porque es como una familia porque paso más acá que en el hogar”.
En su familia, que ve una vez a la semana, están orgullosos por su éxito, aunque en un momento pensaron que el trabajo no sería una alternativa real para Nathalie. “Ellos pensaron que por mi discapacidad no podía trabajar, pensaron que no iba a durar. Pero eso no me la ganó. Yo siempre seguí adelante, como corriendo un maratón, hasta que me resultaron las cosas. Ahora estoy trabajando y mi jefe tiene hartos planes a futuro conmigo para el trabajo y eso es porque sabe todo lo que he hecho para durar y estar acá”.
Para su jefe directo, en el Casino de Newrest de la Termo Eléctrica Engie de Mejillones, la incorporación de Nathalie ha sido muy positiva ya que se trata de una colaboradora responsable, disciplinada, con ganas de aprender y abierta a escuchar y mejorar constantemente. “A Nathalie ya le quedó chico el trabajo. Yo la voy a promover, ya todo lo que hacía le quedó muy pequeño. Según lo que veo con ella, en el día a día, es que le cuesta relacionarse con el público. Ahora vamos a empezar a trabajar más en la línea de servicio directo al cliente. Esto va a ser un desafío yo creo que para todos porque igual eso la va a ayudar a ella a desarrollarse y desenvolverse mejor”.