La emergencia sanitaria producida por el COVID-19 ha generado considerables desafíos para asegurar la continuidad y calidad de los procesos educativos de niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad. En este contexto, los estudiantes con discapacidad se han visto desproporcionadamente afectados debido a la aparición de nuevas barreras para el aprendizaje y la participación, especialmente por el uso de plataformas virtuales y la interrupción de clases o servicios de apoyo.
Luego de que Chile ratificara la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en el 2008, se ha avanzado en la transformación hacia una educación inclusiva mediante la promulgación de la Ley de Inclusión Escolar y el Decreto N° 83, pero a pesar de estos esfuerzos, aún persisten prácticas que segregan a este grupo de personas. Esto se refleja en que, según los datos del II Estudio Nacional de la Discapacidad, sólo el 88,2% de los estudiantes con discapacidad asisten a un establecimiento educacional de modalidad regular, mientras que esta cifra asciende al 99,3% para quienes no tienen discapacidad.
A nivel internacional, diferentes organizaciones y entidades como UNESCO, UNICEF, International Disability Alliance y Plena Inclusión, han elaborado una serie de propuestas y recomendaciones para garantizar el derecho a la educación de las personas con discapacidad durante la pandemia.
En este sentido, se señala que es necesario capacitar a los docentes y a los estudiantes en el uso de las funcionalidades de accesibilidad que poseen las plataformas al realizar clases de manera remota para generar instancias formativas inclusivas. Otra recomendación consiste en ajustar el currículo y las metodologías de enseñanza en este contexto, priorizando el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), el aprendizaje por proyectos y la educación personalizada. También, se hace un llamado a implementar procesos de acompañamiento para los familiares y cuidadores de estudiantes con discapacidad.
La pandemia por COVID-19 se ha traducido en considerables desafíos para los sistemas educativos alrededor del mundo, pero también ha entregado la oportunidad de repensar nuestras comunidades educativas e intencionar el tránsito hacia una educación más inclusiva.
Para lograr este propósito, es necesario contar con información actualizada e indicadores desagregados de acceso y permanencia, como los que se pueden encontrar en el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, sobre educación e inclusión que publicó UNESCO este año. Otro valioso recurso es el Reporte de Educación Inclusiva de Zero Project en español, el cual será lanzado en nuestro país este 28 de julio. Este documento, reúne las mejores 86 prácticas y políticas en Educación Inclusiva de 54 países y tiene como objetivo compartir las soluciones más innovadoras y efectivas para derribar las barreras que impiden o dificultan la inclusión de las personas con discapacidad.
Carola Rubia
Directora Ejecutiva
Fundación Descúbreme