Escasa inclusión laboral, debido a una baja oferta de puestos de trabajo para personas con discapacidad en Chillán, llevó al Colegio Las Acacias a desarrollar un apiario, para generar oportunidades laborales para sus alumnos a través de un microemprendimiento.
El Colegio Las Acacias, con el proyecto denominado “Dulcemente emprendemos vuelo hacia el mundo laboral”, fue una de las once organizaciones que se adjudicaron el Fondo Descúbreme 2019. La iniciativa benefició a 15 jóvenes desde los 18 años con discapacidad intelectual, los cuales fueron capacitados en la crianza de abejas y el manejo de un apiario, como una manera de desarrollar una actividad económica que les permitiera incrementar los ingresos familiares.
Mario Neira, coordinador del proyecto explicó que “la idea de trabajar con abejas surgió porque el colegio cuenta con un terreno muy amplio y la directora había tenido una experiencia con este tema y lo consideraba formador para los estudiantes”. Para ellos, esta iniciativa ayuda a que los jóvenes puedan controlar impulsos, mejorar la atención y concentración, aumentar la autoestima y la autodeterminación de los estudiantes a través de un oficio útil.
Neira destacó que para ejecutar el proyecto se contrató un experto en esta materia. “Los chicos se mostraron bastante responsables, les gustó mucho el trabajo con las abejas e incluso fueron en un par de oportunidades a visitar otro apiario, que es más grande, para conocer como funcionaba”, y agregó que “la producción de miel se obtiene entre diciembre y hasta fines de enero. Durante el 2019 obtuvimos todo en diciembre, lo que se comercializó”.
Emprendimiento familiar
Uno de los elementos que destacó el coordinador del proyecto es que la iniciativa se desarrolló de manera seriada y con etapas sencillas para que los jóvenes pudieran aprender fácilmente el oficio de apicultor y así poner en práctica estos conocimientos en forma autónoma. De hecho, se hizo entrega de un apiario a dos familias de los estudiantes para que pudieran instalarlo en sus casas y que sirviera de fuente laboral permanente a fin de obtener ingresos para el sustento familiar.
Neira señaló que los jóvenes tuvieron la oportunidad de conocer todos los procesos de producción, alternándose en distintas funciones y roles con mucho compromiso. “Ninguno tenía experiencias previas de trabajar con abejas, por tanto, al principio hubo un poco de resistencia en ellos y algunas familias por temor a algún accidente, pero los talleres y el uso de la vestimenta sirvió para que vencieran el miedo y fuera todo muy positivo”.
En cuanto al apoyo de Fundación Descúbreme, Neira destacó que “hubo mucha asesoría en lo técnico por parte del equipo de la fundación, siempre muy cercano y con la disposición de apoyarnos para que el proyecto fuera exitoso y se cumplieran los objetivos”. La iniciativa permitió comercializar productos obtenidos del trabajo de las abejas: miel, propóleo, jalea real, entre otros.
Covid-19 y el futuro
El coordinador destacó que durante el 2020 no se pudo trabajar con los niños por la pandemia de Covid-19, sin embargo, el apiario continuó funcionando. “El monitor, de forma voluntaria, nos está prestando asesoría para seguir con el apiario. Ha ido a revisar a las abejas, ver cómo están y administrarles medicamentos”, señaló.
Neira puntualizó que han recibido el apoyo del colegio, que el proyecto continuará una vez superada la emergencia sanitaria y se produzca la vuelta a clases. Para ello están implementando los protocolos con las medidas sanitarias necesarias y sistemas de turnos, entre otros.