La transición ecológica debe ser inclusiva. Esta es la movilizadora conclusión a la que llega el próximo documento a publicar: “Tres experiencias reales sobre inclusión de personas con discapacidad en empleos verdes”, elaborado por nuestra delegación española en el marco de la extensión del trabajo de Fundación Descúbreme en el continente europeo, el cual busca, a partir de la experiencia comparada entre España y Chile, aportar a la generación de conocimiento, al intercambio de buenas prácticas y al impulso de sinergias entre ambos países en lo relacionado con la inclusión de personas con discapacidad.
La publicación, a partir del auge de la economía circular y sostenible como respuesta a los efectos del cambio climático, aborda las posibilidades de inclusión de este grupo en los denominados “empleos verdes” a través de tres casos de éxito que han obtenido grandes logros y se han transformado en emblemas de aquellas iniciativas que se proponen un horizonte inclusivo y sostenible en sus respectivos países.
Con el objetivo de compartir sus trayectorias y experiencias, tuvimos la oportunidad de recoger los testimonios de Fundación Portolà (España), Fundación Abulense para el Empleo (FUNDABEM) (España) y el Centro Inclusivo R (CIR) (Chile), de manera que pudimos adentrarnos en cómo han logrado unir la sostenibilidad y la inclusión, en cuáles han sido sus principales logros y desafíos y en la visión de futuro que tienen sobre la transición ecológica inclusiva.
En la conversación con estas organizaciones también pudimos constatar que las personas con discapacidad no solo son capaces de desempeñarse en una amplia variedad de puestos y tareas, sino que también poseen habilidades y talentos únicos que aportan tanto a la diversificación de los empleos verdes como a la consolidación de culturas organizacionales más inclusivas y respetuosas con el medioambiente. De esta manera, las personas con discapacidad que trabajan en las iniciativas mencionadas se dedican a labores tan diversas como la jardinería, el trabajo forestal, la reutilización de textiles y ropa o la segregación y el reciclaje de residuos.
Las experiencias de Fundación Portolà, FUNDABEM y el CIR nos demuestran que los empleos verdes no son un universo cerrado e inaccesible para las personas con discapacidad, muy por el contrario, se presentan como ejemplos de que la inserción en este tipo de empleos es una posibilidad concreta y real que se debe seguir promoviendo, particularmente pensando en que este sector actualmente —y sobretodo a futuro— enfrenta a una escasez de “talentos y habilidades verdes” que las personas con discapacidad pueden cubrir por medio de su formación y capacitación en estos ámbitos.
La publicación también enfatiza en que el aporte de Portolà, FUNDABEM y el CIR va más allá de otorgar una oportunidad laboral o contribuir a preservar el medioambiente: estas organizaciones también son capaces de instalarse como referentes en los esfuerzos por cerrar la brecha que experimentan las personas con discapacidad en cuanto a su inclusión integral en la sociedad y en cuanto a las amenazas particulares que significa el cambio climático para este grupo.
En tal caso, nuestros ejemplos representan la verdadera esencia de la transición ecológica inclusiva, pues trascienden lo estrictamente ambiental y laboral para posicionarse en un lugar que releva la importancia de la equidad y el bienestar social. En dichos términos, terminan por impactar positivamente no solo a la persona con discapacidad a través de la estimulación de su autonomía y autorrealización, sino que también a sus familias, comunidades y, en última instancia, a la sociedad en su conjunto.
Próximamente comunicaremos sobre el lanzamiento de esta publicación, la cual estará disponible en nuestros canales digitales.