La Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo se ha enfocado en la inclusión laboral de personas adultas. De esta manera, busca brindar una nueva oportunidad a quienes se encuentran marginados del sistema laboral.
La mayoría de los proyectos ganadores del concurso 2013 de Fondo Descúbreme están enfocados en la inclusión laboral y educativa de jóvenes. Sin embargo, el Taller Laboral de Repostería para Personas con Discapacidad Cognitiva y Mental de la Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo quiere dar una oportunidad a los adultos.
Junto con enseñarles las técnicas del oficio de repostería, su objetivo es crear una instancia de integración que abarque la inclusión social y laboral en un espacio de trabajo.
Este es uno de los siete proyectos de la región Metropolitana que es beneficiado en el Concurso 2013 del Fondo Descúbreme, iniciativa apoyada por Unimarc, sus clientes y colaboradores.
Más allá de un oficio
Las 15 personas que participan de este proyecto tienen 45 años en promedio. Son hombres y mujeres con diferentes discapacidades en busca de una oportunidad de inclusión en un mundo laboral que continuamente los limita. Para Constanza Rivera, terapeuta ocupacional a cargo de una de las partes del proyecto, lo principal es enseñarles el valor del trabajo en equipo “Con los compañeros se refuerzan las habilidades sociales y la integración a un grupo”.
Otra de las labores que desarrollan es la labor de catering –trabajo de alimentación en eventos, fiestas o congresos- donde desempeñan roles de servicio real para alguna actividad. «Las técnicas que ellos aprenden en este proceso son muy importantes para la inclusión laboral», señala Constanza.
La segunda sección del taller es práctica y, a juicio de Virginia Pacheco, profesora de repostería, es la que más entusiasma a los alumnos. En este espacio aprenden y preparan diferentes recetas y, además, aplican las diferentes técnicas de trabajo en equipo que internalizaron en la primera parte.
El doble desafío de la inclusión
El taller laboral de repostería partió en mayo y finaliza en octubre y está enfocado a capacitar y entregar herramientas de trabajo a personas adultas. Esta característica ha hecho que el proceso de aprendizaje sea más complejo. Sin embargo, los mismos beneficiarios son entusiastas y comprenden la importancia de la oportunidad que están recibiendo.
«Acá tienes que trabajar con adultos, personas mayores con discapacidades que han quedado marginadas del sistema laboral. Es por esto que hay un desafío mayor en incluir a estas personas, entregar confianza y conocimientos para que se puedan valer por sí mismos”, cuenta Constanza.