Por Dra. Cecilia Breinbauer
Directora de Comunidades Inclusivas
Center for Healthy Development
En los últimos años han habido importantes progresos en torno a la inclusión de niños, adolescentes y adultos con discapacidades del desarrollo. Existe un creciente número de organizaciones dedicadas a crear conciencia y buscar soluciones para reducir barreras, particularmente en torno a la inclusión educacional y transición al mundo laboral. Este fervor inclusivo ha empoderado a padres de niños con discapacidades del desarrollo y a jóvenes y adultos con dichas condiciones, a demandar mayor participación y respuestas a sus necesidades.
Simultáneamente, en los últimos años han emergido un sinnúmero de “intervenciones terapéuticas” ofreciendo a padres “solucionar o aminorar los problemas del autismo” y de otras discapacidades del desarrollo. Niños y adolescentes en pleno desarrollo, junto a sus padres, son bombardeados por discursos sociales opuestos: discrepancias diagnósticas, oferta de múltiples terapias, demanda por inclusión y fragmentación de esfuerzos. Las consecuencias de esta falta de acuerdo social pueden ser devastadoras para quienes no tienen acceso a un apoyo inclusivo a lo largo del ciclo vital. La inclusión, que se percibe como un derecho sigue enfrentándose a barreras reales que exacerban la angustia de padres y sus hijos/as, comenzando por las dificultades de admisión escolar, el estigma asociado a diagnósticos considerados “más severos”, el uso de excesiva medicación para “controlar comportamientos indeseados”, la frecuente expulsión escolar, la peregrinación por distintos terapeutas y colegios, y la marginalización durante la vida adulta.
Es urgente energizar los progresos logrados con un renovado esfuerzo por promover un cambio paradigmático en cómo se entienden, aceptan, incluyen y celebran las diversidades del desarrollo que acompañan a niños, adolescentes, jóvenes y adultos con discapacidades varias. Comunidades Inclusivas busca contribuir a este cambio paradigmático generando un discurso inclusivo a lo largo del ciclo vital.
Comunidades Inclusivas aspira a un mundo en el cual, desde el embarazo, las madres y padres reciben apoyo inclusivo, preparándolos para recibir con brazos abiertos, amor y sin temor a sus hijos, independiente de las dificultades del desarrollo que puedan presentar, con la seguridad de que sus hijos tendrán acceso a educación de calidad independiente de sus dificultades de aprendizaje. Un mundo donde no hay estigma asociado a distintos diagnósticos y comportamientos, un mundo donde todos los niños y niñas son evaluados por sus fortalezas en vez de sus dificultades. Un mundo donde existe un interés genuino por los intereses de cada niño y niña, y el sistema educacional potencia dichos intereses y fortalezas, ayudando a los niños, adolescentes y jóvenes a desarrollar todo su potencial. Un mundo donde todos los individuos con discapacidades del desarrollo y el aprendizaje son protagonistas de su destino, encontrando un espacio laboral desde donde contribuir a una sociedad mejor, inclusiva y justa para todos. ¡Hay mucho por hacer! Los invitamos a presumir competencia, a celebrar las fortalezas de cada niño y niña, a revisar sus juicios, a sumarse al esfuerzo de construir un mundo donde el potencial de todos los niños pueda florecer.
Las opiniones expresadas en esta sección buscan ampliar las miradas sobre los temas de inclusión, diversidad funcional y discapacidad cognitiva. Estas opiniones son de responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento de Fundación Descúbreme.